¡Estimar que la vida es larga!
Desde la procreación, el ser humano se
encuentra condicionado a vivir para un futuro. Desarrolla sus sentidos,
percibiendo un entorno utópico e ilusorio, a partir de expresiones oriundas,
tales como, "será, conocerá, viajará, estudiará, realizará, irá, verá,
...ra, …ra, …ra, …ra”; un afán insaciable por planear la vida, por construir
algo venidero, recorriendo caminos presurosos y acortando
la única estancia de "oportunidad de vida".
Se crece en un entorno, reflejo del espejo de una sociedad con una
cultura ya arraigada - “leyes, costumbres, ideologías, pensamientos, creencias,
necesidades y experiencias” - tomando y adquiriendo fracciones de vidas y
mundos diversos, conjeturando que la identidad de un individuo es única, individual,
particular y propia, ¡qué gran encrucijada!
Ahora el ser humano se enfrenta a ese gran paradigma entre el presente y
el futuro. ¿Cómo renacer en el alba? ¿cómo contemplar cada amanecer de esa única
“oportunidad de vida”? ¿cómo enfrentar y superar los obstáculos y adversidades
durante la jornada? ¿cómo llegar al crepúsculo siendo infinitamente agradecido?
y el interrogante más valioso ¿cómo disfrutar del presente sin ser esclavo del
futuro?
Hoy el mundo se arrostra a una gran adversidad, una pandemia universal, la cual ha dejado con aflicción miles de vidas y mundos, destrozando millones de hogares y arramblando al gobierno al límite de la corrupción, llevando a su población lentamente a claudicar. Indudablemente el ser humano no estaba preparado para tal magnitud y es ahora donde la realidad lo golpea con tal fuerza que lo desafia a una supervivencia endeble, al despojo material, a la resignación de perder seres queridos y a levantarse para dar fortaleza a quienes continuan de pie, de rodillas o arrastrándose para encontrar un nuevo amanecer que determine su esencia y aún así, en medio de la oscuridad, converger la felicidad con la libertad, hallando ese deseo de lucha en medio de cada obstáculo, sin permitirse volver la vista atrás.
Decir adiós es doloroso y más cuando ese adiós no tiene retorno; perder algo que se encontraba en medio del confort es "probable y frustrante", pero perder a alguien que hizo parte de una realidad utópica es "irremediable".
Surgen interrogantes - ¿Cómo levantarse de esta pesadilla? ¿Cómo sobrevivir sin las necesidades básicas y vitales para la subsistencia? ¿Cómo mirar al prójimo sin indiferencia? ¿Cómo contribuir al cambio? y quizás ¿Cómo aportar para ser generador de solución?
No es hora de lamentarse, aunque las circunstancias reflejen lo contrario, es hora de valorar la vida en toda su plenitud, comprender que la vestimenta y los lujos eran vanidades inncesarias y que ahora solo prevalece el amor propio y la ayuda al prójimo. No es hora de sollozar por un pasado que ya se fue y menos por un posible futuro que aún no ha llegado y que a su vez es incierto.
Dar infinitas gracias por una porción de pan y lograr compartirlo, indudablemente incrementa la gracia y el objetivo de esta "oportunidad de vida". Despedir a seres queridos, pero disfrutar aun de quienes están con vida. Levantarse aunque todo parezca gris. Contemplar el ocaso, como si fuese el ultimo de todos los días.
Romper ataduras materiales, no envidiar ni desear lo que nunca ha sido propio. No elogiar, pues nadie es más que nadie, simplemente existen afortunados con gracias materiales, otros afortunados con gracias espirituales u otros con ambas abundancias, asi de sencillo. En esta época de pandemia, se valora la esencia del ser humano, alguien con habilidades mentales, sociales, físicas y corporales, alguien con huesos, piel, sangre, alma y espíritu. Se carece de salud física, pero es más de salud mental que física. El problema no es la enfermedad, el problema no es la cura, el problema no es la prevención, el verdadero problema es la "invención".
Steven Cipriano
Mariluna
Luisa
Astrid
Amistades:
Marianita
Roberto
3 comentarios:
En tiempos de crisis las prioridades cambuan, el ser más sencibles, valorar las pequeñas cosas, la familia, lxs amigxs, nos hace más humanos y nos llena de fe y esperanza para superar los tiempos dificiles. Me encantó el artículo que nos comparte la escencia de la existencia.
Gracias Lilia por esas bellas palabras, y me alegra que te haya encantado el artículo. un gran abrazo fraternal.
Excelente artículo. Totalmente de acuerdo realmente el dinero es una herramienta pero no es todo en la vida. Después de vencer al covid 19 es donde allí que me doy cuenta que lo tenía todo y no me refiero al dinero tenía salud, podía respirar, despertar sin tener el temor de contagiar a mi familia y conocidos. Sólo queda que esto deje un cambio en la humanidad menos egoismo, codicia, odio y más unión,paz y solidaridad entre otras cosas.
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